1. Mírame y no me toques:
Especialmente placentero cuando se realiza en un día que pasen mucho tiempo juntos y vayan a dormir juntos, este juego consiste en evitar cualquier tipo de contacto físico entre tú y tu pareja. Pueden hablarse, mirarse a los ojos, estar cerca uno del otro pero sin tocarse, de ninguna forma. La recompensa: la tensión y deseo que se generará durante todo el día puede descargarse en la noche, cuando lleguen a la cama.
2. La palabra secreta:
Este juego es muy divertido si se hace en una reunión familiar o cualquier situación que involucre a más personas en la conversación. Lo que tienen que hacer es elegir una palabra de uso común ("comida", "plato", "postre", "ayer", "trabajo", etc.) y darle un significado. Por ejemplo: cada vez que digan "comida", lo que en realidad quieren decir es "cama"; cada que digan "postre", lo que en realidad quieren decir es "noche", etc. La recompensa: para quien use de mejor forma (es decir, que las frases hagan sentido con el significado real y el inventado de la palabra) es cumplir la fantasía de su elección.
3. Adivina quién:
La espontaneidad es clave en este juego, pero tienes que hablar con tu pareja y proponérselo antes de empezar a jugar. La dinámica consiste en elegir cinco personajes que estarían en una de tus fantasías, y cinco personajes que estarían en una de las suyas (la colegiala inocente, el vaquero varonil, la dominatriz, etc.). Una vez establecidas las características de estos personajes, y sus nombres, lo que resta es sorprenderse mutuamente. De pronto en un restaurante, conviértete en María la colegiala inocente, sin avisarle. Haz y di todo lo que María haría, y deja que él adivine quién eres. Él debe sorprenderte de la misma forma, con uno de tus personajes fantásticos.
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