Los colibríes machos tienen un ritual de cortejo que los vuelve parecidos a una bandera al viento o una hoja de papel agarrada a un ventilador. Se vuelven absolutamente vibrantes. Pero no sólo eso. De acuerdo a un reciente estudio, las plumas de su cola hacen canciones de amor aerodinámicas.
Los pájaros desempeñan clavados en caída libre que causa que sus colas vibren; los sonidos son producidos cuando la corriente de aire pega en las plumas de su cola y causa que tiriten como hojas en la briza. Entre más rápido sea la caída, más alto el sonido que, al indicar qué tan atléticos y talentosos son los machos, puede atraer a las hembras.
Según los investigadores, este “tiriteo aerodinámico” ayuda a cada uno de ellos a producir una melodía única. Para probar cómo se hace esta música, los científicos pusieron 31 plumas de cola de 14 especies de colibrí dentro de un túnel de viento y midieron las vibraciones de alta frecuencia que resultaron. Descubrieron que distintos tamaños y formas vibraban a diferentes frecuencias, y creaban toda una “sinfonía” de sonidos:
Este trabajo demuestra que la cola de los colibríes machos funciona como un órgano acústico, y se sugiere que la selección sexual por medio de la elección femenina a ciertos sonidos inducidos por vibración ha llevado a la evolución de la morfología de la cola de los colibríes.
Los colibríes incluso pueden producir dos tonos al mismo tiempo con su cola. Puede llegar a ser acústicamente más complicado. Algunos colibríes producen dos tonos con la cola y un sonido con sus cuerdas vocales. En resumen, los colibríes pueden llegar a cantar “canciones de amor” a dos voces y un coro, y con ello asegurarse de que no sea fácil para las hembras poderlos ignorar.
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