Malinalí, más conocida como La Malinche, fue un personaje significativo en la conquista de México. Malinche, despreciada por su madre desde niña, crece al lado de su abuela aprendiendo maya y la lengua indígena nahuatl. Al morir ésta, es vendida por su madre como esclava. Pasa por varios “dueños” hasta ser regalada a Hernán Cortés. Debido a su conocimiento de la lengua de los mexicas, hace de intérprete entre éstos y los conquistadores. Pronto se da cuenta de que tiene un gran poder en las negociaciones y lo utiliza para beneficiar a los españoles creyendo que éstos son enviados del dios Quetzalcoatl para restaurar el equilibrio en la región.
A esta mujer se le acusa históricamente de haber entregado a su pueblo a cambio de su amor, es decir, su pecado fué enamorarse perdidamente del conquistador del cual ella fue aprendiz, esclava, amante y que tuvo un papel fundamental en la conquista. Traidora para unos, inocente para otros. Malinalí es un punto de vista distinto sobre lo que sucedió desde 1492 hasta sus últimos días en 1529. Esa "maldición de malinche" según el mito y creencias populares persigue por siempre al pueblo mexicano.....“¡Ayy, maldición de Malinche!
hipócrita que te muestras,
humilde ante el extranjero
pero te vuelves soberbio,
con tus hermanos del pueblo…
¡Oh, maldición de Malinche!
¡Enfermedad del presente!
¿Cuándo dejarás mi tierra?
¿Cuándo harás libre a mi gente? “
Fragmento de la canción La Maldición de Malinche,
de Gabino Palomares
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