viernes, 6 de diciembre de 2013

Zeus y la mortal Séleme


La fascinante historia del Vino comienza una calurosa tarde de verano, en un florido paraje del Olimpo, cuando el poderoso Zeus disfrutaba embelesado de los encantos de la hermosa Sémele, hija de Cadmo, rey de Tebas y de Hermione, hija de Marte y Venus. Lo que había sucedido entre ellos fue un amor a primera vista, intenso, con una desbordante pasión. El gran rey de los cielos, el muy poderoso Zeus estaba realmente enamorado y buscaba en todo momento la ocasión de encontrarse con su amada Sémele, esa tarde como prueba de su afecto, le juró amor eterno en una paraje del río Estigia y realizó con sus perfumadas aguas una significativa y mágica ceremonia. Escribió en la arena de la playa una declaración en la que decía que a partir de ese momento no existiría ninguna otra mujer para él y que siempre satisfacería todos sus deseos y cubrió de lirios la sentencia, como símbolo de amor para su dorada princesa.

Pero, lamentablemente muchas de las grandes historias de amor tienen problemas y este romance tenía uno de fondo. Recordemos que el gran Zeus estaba casado con la muy poderosa Hera y ésta al enterarse del juramento que había hecho su esposo, no dudó que tenía que intervenir de inmediato. Era la reina del cielo y de la luz celestial, especialmente de la Luna nueva. Era la que representaba a la mujer en general y se le adoraba en toda la tierra, no sólo por su inmenso poder sino por su gracia y hermosura. En las regiones que se consideraba que estaban bajo su protección particular, era especialmente venerada por las matronas, como Juno Regina la "esposa perfecta". Entonces era un despropósito que su amado Zeus se fijara con tanta intensidad en una simple mortal, paliducha, flaca y sin poderes sobrenaturales. Supo que se enfrentaba a una situación muy especial y peligrosa, jamás había sentido esa terrible sensación, era una mezcla de celos y rabia.

De amor entre Zeus y Sémele nace Dionisio, dios del desenfreno y la exuberancia de la naturaleza, especialmente de la viña, que produce el vino y provoca la embriaguez.
Hera celosa de Sémele, la convenció de que pidiese a su amante que se mostrase a ella en todo su esplendor. Para complacerla Zeus apareció rodeado de rayos y truenos. Uno de los rayos fulminó a Sémele. Como ésta solo estaba embarazada de seis meses, Zeus arrancó al niño, aun vivo, del vientre de su madre y Hermes lo cosió dentro del muslo de Zeus para que completase la gestación. Por este motivo Dionisio es llamado el nacido dos veces. Mas tarde por instigación de Hera, Dionisio es descuartizado y hervido en una caldera por los Titanes. Pero su abuela Rea unió sus restos y le devolvió la vida. Zeus entonces escondió a Dionisio disfrazado de mujer en la corte del rey Atamante. No consiguieron engañar a Hera que volvio loco a Atamante. Por fin Dionisio fue transformado en cabra y dejado al cuidado de las ninfas.
Ya de adulto descubrió la vid, con cuyo fruto se emborrachaba con sus compañeros. Cuando Hera logró encontrarlo lo enloqueció. A partir de entonces Dionisio se rodeó de una corte de bestias y sátiros que ya nunca le abandonaron.
Fueron frecuentes sus viajes y aventuras hasta que encontró a Ariadna. Dionisio se casó con Ariadna y la vengó de Teseo. Después consiguió que Persefone hiciese regresar de los infiernos a su madre, a la que cambió el nombre por Tione para llevarla con él al Olimpo sin agraviar a Hera. Y allí vive junto a Ariadna ocupando un asiento, que Hestia le cedió, entre los doce dioses principales del panteón griego.

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